Áreas protegidas
Las áreas protegidas son un instrumento eficaz para
conservar las especies y los ecosistemas, y contribuyen notablemente a la
provisión de servicios a largo plazo y a la conservación de los hábitats y los
ecosistemas, que son fundamentales para mantener los medios de vida a escala
local, regional y mundial.
Las áreas protegidas son vitales para la conservación de los
ambientes terrestres, marinos y de aguas dulces.
Las áreas protegidas son vitales para la conservación de los
ambientes terrestres, marinos y de aguas dulces. En su ordenación y
planificación deberían participar todas las partes interesadas, en especial las
poblaciones rurales que las rodean, que se ven mayormente afectadas por su
presencia y que deberían beneficiarse de las fuentes alternativas de empleo y
de actividades económicas que pueden ofrecer las áreas protegidas.
Dentro del mandato de proteger las poblaciones forestales y
pesqueras y de conservar la biodiversidad, la FAO respalda a los países en el
diseño y la ordenación de las áreas protegidas y ofrece orientación técnica
para la formulación de políticas adecuadas. La FAO promueve el enfoque eco
sistémico de la ordenación de los recursos naturales y contribuye a conservar
la biodiversidad cultural y de los ambientes terrestre, marino y de aguas
dulces.
Gracias a la experiencia y el conocimiento a escala mundial
de la FAO en materia de silvicultura, pesca y agricultura, se pueden establecer
las mejores prácticas y enfoques innovadores como soluciones para resolver los
principales problemas planteados por la ordenación de las áreas protegidas,
entre ellas la sobreexplotación de las especies y las repercusiones del cambio
climático; y adaptarlas a las circunstancias regionales y nacionales.
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