El término acuñado del griego “BIOS”, vida, “geos”, tierra y
química. Hace referencia a la vinculación de la composición de la tierra (y sus
elementos químicos orgánicos e inorgánicos) con la vida.
El término Ciclo Biogeoquímico deriva del movimiento cíclico
de los elementos que forman los organismos biológicos (bio) y el ambiente
geológico (geo) e interviene un cambio químico.
Pero mientras que el flujo de energía en el ecosistema es
abierto, puesto que al ser utilizada en el seno de los niveles tróficos para el
mantenimiento de las funciones vitales de los seres vivos se degrada y disipa
en forma de calor, no sigue un ciclo y fluye en una sola dirección. El flujo de
materia es cerrado ya que los nutrientes se reciclan. La energía solar que
permanentemente incide sobre la corteza terrestre, permite mantener el ciclo de
dichos nutrientes y el mantenimiento del ecosistema. Por tanto estos ciclos
biogeoquímicos son activados directa o indirectamente por la energía que
proviene del sol.
Se refiere en resumen al estudio del intercambio de
sustancias químicas entre formas bióticas y abióticas.
En la naturaleza tienen lugar de forma cíclica una serie de
reacciones químicas, e intercambios entre la atmósfera, los suelos y los seres
vivos, en los cuales participan compuestos del carbono (ciclo biogeoquímico del
carbono) y el nitrógeno de la materia orgánica (ciclo biogeoquímico del
nitrógeno). El agua, también interviene en un ciclo hidrológico, en la que suceden
sucesivas transformaciones físicas dentro de la hidrosfera. Todos estos ciclos,
son procesos regulares y básicos para el mantenimiento de la vida sobre la
Tierra.
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