Acerca de la diversidad de ecosistemas que existen en
México, se han hecho muchos intentos por clasificarlos atendiendo a criterios
muy diversos. A pesar de su variedad, la mayoría de las propuestas tienen un
rasgo en común: toman a los tipos de vegetación como criterio de clasificación.
Las propuestas basadas fundamentalmente en el criterio
ecológico de la distribución de tipos de vegetación y de ecosistemas coinciden
en general en sus divisiones, aun cuando utilizan criterios de diferente
índole. Como ejemplo, la clasificación propuesta por Toledo y Ordoñez (1993)
define de manera muy amplia distintos tipos de hábitats terrestres denominados
zonas ecológicas.
Esta zonificación ecológica se basa en criterios que incluyen
el tipo de vegetación, el clima y aspectos biogeográficos, por lo que cada zona
ecológica es la unidad de la superficie terrestre donde se encuentran conjuntos
de vegetación con afinidades climáticas e historias o linajes biogeográficos
comunes. Con base en lo anterior, se definieron seis tipos de hábitats
terrestres continentales o zonas ecológicas:
(1)
tropical cálido-húmeda,
(2)
tropical cálido subhúmeda
(3)
templada húmeda,
(4)
templada subhúmeda,
(5)
árida-semiárida y
(6)
zona inundable o de transición mar-tierra.
Regiones Terrestres
Prioritarias (RTP): Son áreas continentales cuyas características físicas y
biológicas la hacen particularmente importante para la conservación de la
biodiversidad. Este proyecto tiene como objetivo general la determinación de
unidades estables, desde el punto de vista ambiental, en la parte continental
del territorio nacional. Se busca una alta representatividad, es decir,
características de los hábitats y ecosistemas con tal grado de conservación e
integridad en su funcionalidad que pueden tomarse como ejemplos de áreas no
perturbadas, que representen una oportunidad real de conservación.
Los criterios y las variables que se toman en cuenta para la
caracterización de las RTP son:
Valor biológico: extensión del área; integridad-ecológica
funcional de la región; importancia como corredor biológico entre regiones;
diversidad de ecosistemas; fenómenos naturales "extraordinarios";
presencia de endemismos, riqueza específica, centro de origen y diversificación
natural; centros de domesticación y/o mantenimiento de especies útiles.
Amenaza o riesgo: pérdida de la superficie original;
fragmentación en la región, cambios en la densidad de población, presión sobre
especies claves, concentración de especies en riesgo, prácticas de manejo
inadecuado.
Oportunidad de conservación: proporción de áreas bajo algún
tipo de manejo inadecuado, importancia de los servicios ambientales, presencia
de grupos organizados.
Regiones Prioritarias
Marinas (RPM): Son áreas litorales y oceánicas cuyas características físicas
y biológicas las hacen particularmente importantes para la conservación de la
biodiversidad. El objetivo de esta línea de trabajo es identificar y
caracterizar las áreas costeras y oceánicas consideradas como prioritarias para
la conservación por su alta biodiversidad, por la diversidad en el uso de sus
recursos o por la falta de conocimientos sobre su biodiversidad.
Regiones Hidrológicas
Prioritarias (RHP): Se refiere a la parte alta, media o baja de una cuenca
o sub-cuenca o de un cuerpo de agua individual, significativa por sus recursos
hídricos y biológicos, los cuales son factibles de ser conservados y en donde
ocurren o pueden ocurrir impactos negativos resultado de las actividades de uso
y explotación de los mismos por parte de los sectores público o privado. El
interés principal es la detección y caracterización de cuencas hidrológicas,
tanto de ambientes de agua dulce como salobre, que se consideren prioritarias
para la biodiversidad.
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